A Aliona le encanta ser una chica.

Le encanta todo lo que es femenino; la ropa interior suave como la seda, los vestidos ajustados que envuelven sus sutiles curvas, los perfumes que despiden esa irresistible esencia de pasión. Por supuesto, cuando acudió a la sesión fotográfica iba vestida de rosa con un vestido sin tirantes que dejaba ver los delicados huesos de su estrecha espalda, y unos tacones vertiginosos que golpeaban el suelo como martillitos cuando caminaba por las baldosas del estudio.

Aliona asume su femineidad en todo momento, pero no deja de tener un lado práctico. Estudia en la Universidad de la Cultura y espera ingresar en el negocio del espectáculo, no como actriz sino como administradora.

Aunque parezca un poco paradójico tratándose de una chica que viste de rosa, a ella le encanta el heavy metal y la música negra, que la hacen bailar noches enteras sacudiendo sus rizos largos y oscuros y manteniendo su cuerpo joven y curvo perfectamente en forma.